Pues, te hemos escuchado, y la simpatía sale de nosotros mismos, no de los ojos que te ven y leen, o la boca que te menta y maldice, sino de nosotros, que sólo estamos para escuchar. Yaces ahora en tu aposento, callado, casi senil, y en paz. Siento los perros aullar en la distancia ante el sonido de una nota fuera de tono, siento el fresco que se mece en un constante vayven que pone en calma muchas de las caras que apuntan al cielo esperando la última gota del rocío. Oígo tu musica tarareada desde el séptimo sueño que bien sé que no encuentras el arreglo que tanto buscas. Oigo tus palabras inconcientes que nunca quisiste intercambiar por un sentimiento de satisfacción ya demasiado anhelado. Y ahora tu, escucha mi feedback que con mucho gusto te transmito, escúchame que te escucho, escúchame que desde aquí, es todo palabras.Atte.Tus oídos.
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¿Huh? ¿Qué pasó? Que sueño mas extraño.
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