Y desde el piso, Lito salta lo más alto que puede -bien alto-, pero no me toca los tobillos, Azula le da un aventón pero mi Luna es muy escurridiza. Poco a poco, todos mis amigos imaginarios unen fuerzas y fallan en rescatarme, y después, resignados, se tiran a tomar cerveza y esperar mi regreso. Y mi impotencia se juega la alianza con la narizona y me amarran cada vez mas duro. Volando, llegan guitarristas, bateristas (toda una banda), hasta cupidos con arpas y toda esa babosada que decidí ignorar a escepción de la musa blanca, de pelo largo, con piel suave que brilla, cómo brillaba, y de un rayo de luz, cegó a la luna y sus compinches que me dejaron caer. caí por horas y horas, una tras otra. Y al final aterricé, sobre la nube más suave y cómoda del mundo, donde me encuentro con leones, ángeles, unicornios, alfombras mágicas (y sus respectivas lamparitas), cocodrilos de dos patas, gallos con cola de metal, mariposas de color magenta, con mi imaginación entera.
Mar 14, 2005
Insomnio
Hoy la luna me agarra por las orejas y no me deja dormir. Y estoy aquí, boycoteando su tirania, descargando mis deseos por tirar el insomnio por el retrete. Sudo, asqueroso. Sucio, descarado. Pero cuando estoy a punto de mentarle la madre a la noche, me agarra con su narizota y me amarra a su cuerpo semiredondo, junto al niño que pezca en hollywood. Ahí arriba saco un libro y empiezo leer, pero las letras se tiran zambullidas bajo la luz de la luna (culpable de mi captura) y caen perfectamente acomododas en lo mas fondo del río. Y yo luchando por zafarme de las riendas. Por más que lucho y pataleo, sólo logro causarle cosquillas a esta bola de queso colosal.
Y desde el piso, Lito salta lo más alto que puede -bien alto-, pero no me toca los tobillos, Azula le da un aventón pero mi Luna es muy escurridiza. Poco a poco, todos mis amigos imaginarios unen fuerzas y fallan en rescatarme, y después, resignados, se tiran a tomar cerveza y esperar mi regreso. Y mi impotencia se juega la alianza con la narizona y me amarran cada vez mas duro. Volando, llegan guitarristas, bateristas (toda una banda), hasta cupidos con arpas y toda esa babosada que decidí ignorar a escepción de la musa blanca, de pelo largo, con piel suave que brilla, cómo brillaba, y de un rayo de luz, cegó a la luna y sus compinches que me dejaron caer. caí por horas y horas, una tras otra. Y al final aterricé, sobre la nube más suave y cómoda del mundo, donde me encuentro con leones, ángeles, unicornios, alfombras mágicas (y sus respectivas lamparitas), cocodrilos de dos patas, gallos con cola de metal, mariposas de color magenta, con mi imaginación entera.
Y desde el piso, Lito salta lo más alto que puede -bien alto-, pero no me toca los tobillos, Azula le da un aventón pero mi Luna es muy escurridiza. Poco a poco, todos mis amigos imaginarios unen fuerzas y fallan en rescatarme, y después, resignados, se tiran a tomar cerveza y esperar mi regreso. Y mi impotencia se juega la alianza con la narizona y me amarran cada vez mas duro. Volando, llegan guitarristas, bateristas (toda una banda), hasta cupidos con arpas y toda esa babosada que decidí ignorar a escepción de la musa blanca, de pelo largo, con piel suave que brilla, cómo brillaba, y de un rayo de luz, cegó a la luna y sus compinches que me dejaron caer. caí por horas y horas, una tras otra. Y al final aterricé, sobre la nube más suave y cómoda del mundo, donde me encuentro con leones, ángeles, unicornios, alfombras mágicas (y sus respectivas lamparitas), cocodrilos de dos patas, gallos con cola de metal, mariposas de color magenta, con mi imaginación entera.
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