La imagen de un hombre barbudo de pelo largo con un abrigo negro enloquecido por el incansable viento, con un ramo de flores fúnebres en su mano izquierda y una cámara fotográfica en la derecha; frente a el una tumba, sola en medio de la nada, no era un cementerio, no era una carretera: era nada. La naturaleza en ausencia y mi única compañera era la brisa que más que compañera, trataba de tirarme al suelo a soltar lágrimas. En el horizonte el Sol se había perdido y los tonos grises abundaban la escena.
May 10, 2005
Pincelazos a blanco y negro
Hace un tiempo atrás me dijo que nos desconectáramos, y al día siguiente se muere. No me enteré, y muy probablemente siga viva. Y se fue. La visito, con flores en la mano y mi apropiada vestimenta negra. Dejo las sonrisas en la casa y me dispongo a caminar a su tumba: quería conocer nuevas fotografías. Y dicen que los muertos escuchan, pero esta estaba encaprichada en sí misma: pálida y fúnebre, y hacía un rechazo ya casi automático a mis intentos de comunicación. Sus ojos -que eran muchos- huían de mi cuerpo y prometían nunca volver, mis ganas en el piso, en huelga.
La imagen de un hombre barbudo de pelo largo con un abrigo negro enloquecido por el incansable viento, con un ramo de flores fúnebres en su mano izquierda y una cámara fotográfica en la derecha; frente a el una tumba, sola en medio de la nada, no era un cementerio, no era una carretera: era nada. La naturaleza en ausencia y mi única compañera era la brisa que más que compañera, trataba de tirarme al suelo a soltar lágrimas. En el horizonte el Sol se había perdido y los tonos grises abundaban la escena.
La imagen de un hombre barbudo de pelo largo con un abrigo negro enloquecido por el incansable viento, con un ramo de flores fúnebres en su mano izquierda y una cámara fotográfica en la derecha; frente a el una tumba, sola en medio de la nada, no era un cementerio, no era una carretera: era nada. La naturaleza en ausencia y mi única compañera era la brisa que más que compañera, trataba de tirarme al suelo a soltar lágrimas. En el horizonte el Sol se había perdido y los tonos grises abundaban la escena.
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2 Comments:
este escrito trae a mi mente algunos recuerdos de una mujer... que tal vez "yace muerta, pero aun me escucha cuando visito su tumba"... buena narracion, anotate 10 puntos!
hay vivos que mueren y no duran, los muertos en vida les dicen...
A mí me duelen más esos que los muertos de verdad.
un abrazo
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