Sería interesante ser Hollywood

Hollywood presenta el futuro de dos maneras: la pesimista armagedonística subterránea donde nadie se baña y todo parece ser diferentes tonos del color café; o la ilusionista y blanca arista donde todo parece ser ovalado, la luz es demasiado brillante y se hace imposible vivir entre tanta limpieza. Sería interesante ser Hollywood por un determinado lapso de tiempo, dedicarse a decifrar la lotería, y eliminar los sentimientos de expontaneidad. Apodarse Nostradamus y caminar por las calles anunciando la llegada del nuevo Mesías. Desafortunadamente la tristeza de la velocidad de las manesillas del reloj no tiene nada de interesante. El tiempo pasa despacio, como si el verdadero trabajo de dichas manesillas sea el de retener el tiempo un poco más cada vez. Dejando establecido que el tiempo no es más que un concepto inventado por el hombre, se puede jugar con él. Decirme tiempo. Corretear por la pradera, con el tiempo a nuestras espaldas, donde yo llevo en mi mano un hilo el cual me conecta a un papalote distante, casi invisible. Luego, después de los créditos, apagamos el televisor y sacamos la película del DVD. Examinamos la carátula, se ve interesante: fue la que cautivó tu atención; y sin ninguna sorpresa alguna decides alabar por un segundo o dos al diseñador gráfico, causante de tal obra de arte en cartón y haces una mueca de desprecio al persivir el nombre del autor de la obra.