Escucho el eco de tus pasos mientras observo cuidadosamente como te alejas de mi. Como decides deshabitar este escenario repleto de gente. Gente que pagó su boleto con anticipación, gente que peleó por ese asiento en primera fila. Ahora te vas y me dejas a mi acompañado solo por mi soledad en el escenario. Y yo no tengo nada que contar. No tengo experiencias milagrosas que hayan cambiado mi vida. No tengo anécdotas de rockstar que compartir. Tengo los bolsillos vacíos, la soledad y el eco de tus pasos. Aún asi me siento en la esquina del escenario y platico con el público, éste se encuentra molesto por la ausencia de un espectáculo. Yo levanto mis hombros en conformidad y sigo platicando. La gente empieza a levantarse y se va. La platica se acorta cada vez más, y la soledad se hace cada vez más presente. Hasta que quedamos solo nosotros dos en el escenario. Ella me reta a enfrentarla pero yo pretendo no haberla escuchado. Ella me seduce y me invita a bailar. Yo empiezo a apuntar nombres culpables de mi estado actual, los señalo y los juzgo, los condeno a muerte. Invito a mi amiga la furia al escenario. Ahora empezamos a tener un show. Poco a poco construimos momentum y destrozamos el lugar. Deshilamos la cortina, como me deshilaste a mi. Quemamos la escenografía, como me quemaste a mi. Rompemos las mesas, como me quebraste a mi. Aplastamos las sillas, como me aplastaste a mi. La furia sale corriendo por la puerta principal, se dispone a perseguir al mundo. El mundo al que le sobra. El mundo que la sabe utilizar. Yo despierto de mi trance y me veo entre los escombros. Aún no percato lo que ha pasado. Es entonces cuando la soledad me invita y me explica todo detalladamente. Ella tan paciente, tan dulce. Tan amigable. Me invita en su baile y yo, sin experiencia, la agarro de la cintura y le piso los pies, ella sonrie y me corrige. Bailamos. Bailamos al ritmo del eco de tus pasos.
May 22, 2007
Eco
Escucho el eco de tus pasos mientras observo cuidadosamente como te alejas de mi. Como decides deshabitar este escenario repleto de gente. Gente que pagó su boleto con anticipación, gente que peleó por ese asiento en primera fila. Ahora te vas y me dejas a mi acompañado solo por mi soledad en el escenario. Y yo no tengo nada que contar. No tengo experiencias milagrosas que hayan cambiado mi vida. No tengo anécdotas de rockstar que compartir. Tengo los bolsillos vacíos, la soledad y el eco de tus pasos. Aún asi me siento en la esquina del escenario y platico con el público, éste se encuentra molesto por la ausencia de un espectáculo. Yo levanto mis hombros en conformidad y sigo platicando. La gente empieza a levantarse y se va. La platica se acorta cada vez más, y la soledad se hace cada vez más presente. Hasta que quedamos solo nosotros dos en el escenario. Ella me reta a enfrentarla pero yo pretendo no haberla escuchado. Ella me seduce y me invita a bailar. Yo empiezo a apuntar nombres culpables de mi estado actual, los señalo y los juzgo, los condeno a muerte. Invito a mi amiga la furia al escenario. Ahora empezamos a tener un show. Poco a poco construimos momentum y destrozamos el lugar. Deshilamos la cortina, como me deshilaste a mi. Quemamos la escenografía, como me quemaste a mi. Rompemos las mesas, como me quebraste a mi. Aplastamos las sillas, como me aplastaste a mi. La furia sale corriendo por la puerta principal, se dispone a perseguir al mundo. El mundo al que le sobra. El mundo que la sabe utilizar. Yo despierto de mi trance y me veo entre los escombros. Aún no percato lo que ha pasado. Es entonces cuando la soledad me invita y me explica todo detalladamente. Ella tan paciente, tan dulce. Tan amigable. Me invita en su baile y yo, sin experiencia, la agarro de la cintura y le piso los pies, ella sonrie y me corrige. Bailamos. Bailamos al ritmo del eco de tus pasos.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
4 Comments:
Es mentira que tienes los bolsillos vacíos, busca con cuidado y encontraras tu pasado, tus raices y tu esencia... Esperando, que las invites al escenario...
Me dices mentiroso? U obtuso? Da igual, gracias por el apoyo.
Jejeje... lei tu "Eco" e inevitablemente mi mente empezo a desempolvar recuerdos...
Increible.. tus escritos me recuerdan a mi...
Besos y abrazos desde Colombia!
Parece que eres malo para improvisar, me ha pasado aveces que quedo solo en las tablas y toca inventarse el parlamento. Lo que más me gustó fue el baile con la soledad; ella, la soledad, suele ser buena compañía sobre todo cuando se tiene que reflexionar. Por un lado lamento que te hayan dejado así, deshilado, quebrantado, y aplastado, pero por otro lado me alegra que después de todo hayas logrado bailar con la soledad el eco de sus pasos.
Saludos!
Post a Comment