Jun 10, 2007
Un domingo en Tampa
Un domingo en Tampa ya es rutina. Un domingo en Tampa amanece tarde, en las primeras horas de la tarde. Se restriega los ojos y enciende la lamparita de la mesa de noche. Mientras el mundo se le revela, el domingo se quita las sábanas y empieza a vivir. Se sienta en la computadora y conversa con la soledad. Este domingo caprichoso no tiene nada que ofrecerme mas que un cálido sol que raja las piedras y un almuerzo en casas ajenas. Un domingo en Tampa termina donde empezó, bajo las mismas condiciones, sin mucho que contar. Este domingo en Tampa no es diferente, se sienta conmigo a un lado de la acera a fumarse un cigarro y ver a la gente caminar. Agarrados de la mano de sus domingos, sonrientes, casi saltando mientras caminan. Un domingo en Tampa nace, muere y renace. Un domingo en Tampa se vive bajo la sombra. Un domingo en Tampa se acaba.
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