Un poco después agarré un cuchillo, me corté una oreja y mi cuerpo en huelga. Comfortably numb. Vi como mi oreja caía al suelo, rodeada de sangre insignificante, sangre que ya no juega ningún papel. No arde. No quema. No hiere. No siente.
Luego conseguí un martillo y me aplasté los dedos. Estos tomaron muchas formas y colores. Se deformaron grotescamente. Yo no supe que hacer. No lloré. No dejé de martillar. Mas bien martillé cada vez mas fuerte, martillé tan duro que quebré el ma ngo del martillo. A pesar de oir los huesos partirses y ver la sangre salpicar, quede inmutado ante la situación. En silencio. Perplejo.
Desesperado decidí agarrar la pistola. La tengo en mi boca, con los dedos machucados en el gatillo. La oreja en la otra mano, apretándola bien fuerte.
Vamos a ver que pasa.
1 Comments:
el ruido te va a despertar, y cuando eso pase, te empezaran a doler, los dedos, la oreja y la vida.
si yo fuera tu evitaria ese tipo de curiosidades.
Post a Comment