La imaginación en ocio

El principio más básico. Agárralo, con tus propias manos. Haz que tus dedos le recorran las curvas y con ellos mismos aplástalo y defórmalo. Conviértelo en algo irreconocible, original y hermoso en su peculiaridad. Y asi, una a una con todas las verdades. Agarrar los tabús y desnudarlos, tirarlos por la ventana y verlos mientras piden limosna en los semáforos rojos, persiguiendo las miradas esquivadizas de los conductores que en su odio hacia la luz roja deciden ignorarlos. Revisar nuestro inconciente y publicar nuestros secretos en el noticiero de las seis, haremos que todos nuestros vecinos y allegados se sienten en frente al televisor a conocer quien somos en realidad para cuando los volvamos a ver, presentarles una cara diferente. Una nueva identidad. Así dia por día. Las novelas, serán reemplazadas por anécdotas de postalita, y las cuarentonas al otro lado de la pantalla pondrán su cerebro a dormir sin ningún tipo de pantomima, se les catalogará como inservibles y habrá que reciclarlas. Imagínate que el mundo no tiene tonos grises. Seríamos todos transparentes sin temor a las repercusiones. Haríamos lo que quiciéramos. No sabríamos que hacer. Imagínate un mundo donde todos nos vieramos al mismo nivel, las clases y la escalera no existiría. El suicidio sería el deporte mundial y la imaginación un delito capital. El conformismo sería la religión mundial. Caminariamos de espalda. Y nunca terminaríamos nuestros pensam...