Dec 11, 2008

Diciembre Dos Mil Ocho

Los dias de diciembre en el dos mil ocho ya no son como antes. Ya no son soleados con un toque de brisa. En su lugar, me despierto con un clima nublado, un perro lamiendome la axila y una alarma desesperada por un poco de atencion. Estos dias de diciembre no son melancolicos. Aunque la lluvia te pide un suspiro. Aunque las nubes te cierren los ojos. Nada.
En estos dias de diciembre, la normalidad es extraordinaria. El carro es el mismo, esperandome fielmente en la entrada de la casa, con su estampa que le demuestra los años, la sabiduria y experiencia de sus once lunas.
El perro, que es nuevo en este diciembre; perezosamente mueve su espalda entre mis dos almohadas y y abre la boca de una manera inhumana. Yo le balboseo tres o cuatro ridiculeces, pretediendo que es un bebe, el me mira indiferente y se prepara para el derroche de adrenalina que es el abrir la puerta. Rapidamente se pone de pie, bueno, de cuatro patas que es el equivalente a "de pie" en terminos caninos. Y apenas dejo entrar un poco de luz a mi cuarto sin ventanas sale este cuadrupedo desesperado para encontrar detras de el umbral, una casa semi-iluminada por la falta de otros diciembres y la excesa presencia de este diciembre dos mil ocho.
El despertar es un poco mundano. Me sacudo el estres de los ombros y trato de eliminar cualquier señal de que son las tres de la tarde y deberia estar en el trabajo. Con el dedo índice me deshago de las legañas, pero no todas, ahi quedaron una o dos que sobreviviran por un par de horas mas. Arrastro mis pies hasta el baño, me miro en el espejo e imediatamente me molesta lo despeinado de mi peinado. En este momento no estoy para vanidades asi que acerco mis dos manos al lavabo por uno... dos... tres segundos y con ese mini charco de agua y cuidadosamente acomodo mi pelo para que no parezca intencional. Esta mañana no me pude escapar de esa seccion en la parte de atras de mi cabeza que se resiste a mis dedos que con firmeza tratan de opacar su presencia, deciden pararse de la manera mas descarada delantandome asi la pereza.
Despues de secarme la cara, limpiarme los dientes y convencerme de una apariencia presentable, viene la ropa. Ese ritual todos lo conocemos. Me chequeo los bolsillos del pantalon: el celular en la derecha, las llaves en la izquierda y la billetera atras.
Y asi me decido empezar el dia, con el estomago vacio y unos hombros listos para cargar un poco mas de estres Una apariencia semi-presentable (si no fuese por ese rebelde parche de pelo que no se quiere acomodar) y una disposicion de diciembre. Deseando un poquito mas de sol y huyendole al frio que no es tan frio como el norte, pero es mas frio que el sur. Rodeado por un diciembre diferente. Un diciembre que espera y promete otro diciembres mejores. Y no es que quiera menospreciar este diciembre. Es el mejor diciembre que existe. Te amo, diciembre. Talvez sea que no estoy acostumbrado a tu bondad e incondicionalidad. Por ahora la acepto y te devuelvo todo de mi a cambio; pero muy cuidadoso. Porque hay diciembres, y hay diciembres.

1 Comments:

DoraLindaGR said...

Digamos que este diciembre es como raro, no solo para ti sino tambien para mi. A mi me toca pasarlo sin mis padres y hermanos... y todo el mundo me dice que me va a dar duro... (en vez de darme animos... grrr!!) en fin, he sentido este diciembre muy extraño. En mi ciudad se respiraba perfecto el diciembre, en esta ciudad, solo se siente el estres, el licor, la falta de tiempo... En fin. Un diciembre muy muy raro :-S