Feb 5, 2009

De títulos e identidades

Será talvez por la naturaleza nómada de la que hablaban por ahi, en otro blog de mi árbol genealógico que, aunque nunca he sabido que alias usar en los chats de internet, ni las redes sociales, siempre estoy cambiando de identidad. Ahora me dicen diseñador gráfico, talvez con un poco de cinismo, talvez con un poco de ánimo de ponerme a prueba. Y se siente como cuando empecé a tocar el bajo. Que vendi mi Playstation 2 y los mil y un videojuegos que tenia para comprarme un bajo de cinco cuerdas. Simplemente por el hecho de que sentia que cuatro es menos que cinco (probado científicamente) y eso me limitaba en mi enseñanza. Control C + Control V ese argumento para explicar el bajo de seis cuerdas. En fin, recuerdo caminar de vuelta a casa, después de un dia colegial faldas afuera y pantalones caídos y escuché que a alguien se le escapó el nombrete de bajista al referirse a mi. En un principio me senti un tanto culpable. Pensé que no era digno de ese título. Apenas aprendía la naturaleza del instrumento y me estaban poniendo en la misma categoria que Victor Wooten y Michael Manring: bajistas. Fue por ese título talvez, que traté de mejorar en el bajo, y hasta el momento me da un poco de remordimiento cuando usan la palabra. Ahora me cambiaron el titulo, o más bien me añadieron otro. Y aunque aún no esta escrito, ni enmarcado en la pared. Soy un diseñador de contrabando, de profesión precoz. Me sigo adaptando a ese nombrecito que cada vez que lo dicen me hace sonreir un poco mas, siempre cuestionando los papeles sociales y la función que este tiene en la identidad humana. La importancia de la familiaridad y la aceptación. El conformismo. El enemigo y el inevitable. Claro esta que la ilusión de grandeza se aplasta al terminar mi obra laboral: una tarjeta de negocios en Times New Roman, amarillo, con 16 puntos de tamaño, una foto del dueño en la esquina y una sonrisa y un "asi está bien" del cliente que me respira al hombro mientras me desdiseña su identidad.

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