Se me olvidó lo que iba a decir

¡Ahh! Me duele la espalda, es que he dormido mucho, compatriotas. Me doy cuenta, al pelliscarme la mejilla, que estoy despierto. Y bueno, empieza mi día de hoy, que no es igual que el dia de hoy ayer, o el día de hoy mañana (recalcándo lo obvio). Y le hecho una ojeada a mis escrituras. Pero no me culpo. Me acabo de levantar. Ahora, mi sueño ha sido tan palpable que juraría que fue verdad. No le tomo importancia, es muy temprano (12:59md). Buenos días. Besos. Enciendo mi televisor (aún con su molesta raya que, ¡carajo!, no me deja ver) y después de mucha basura, me decido bajarme de mi Olimpo, soy mortal otra vez, vamos a ver deportes. No. Click. Ahora observo a un predicador que, no sé por qué, me captura la atención (aunque sea por unos insignificantes 10 minutos). "Bla bla bla..." "Si cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambiarán". Inteligente el desgraciado. En fin, puedes comprar su set completo de dvds, cds (también disponible en cassette) y libros por sólo $399.99 (Oferta por tiempo limitado *se aplican restricciones*). Apago mi televisor. No me convenciste. Agarro mi guitarra invicible y empiezo a tocar la mejor de las canciones, mira que sonó bien. ¿Cómo hice eso? Pues, ahí estoy, desarmando las cuerdas, los acordes, cada una de las notas. ¿No te gusta? Es que no sabes de música. Bueno, me sacudo el sudor que me provoca (mas bien me requiere) darme un baño. De abajo a arriba, de arriba a abajo, como me dijo papi. Y ahora, sentado en mi escritorio, con el pelo mojado, la toalla en las caderas, lapiz en mano, mi hoja en blanco en frente de mi, y por qué no, mi guitarra invisible colgando a mis espaldas; se me olvidó lo que iba a decir.

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