Apr 30, 2005

97

Este gigante noventa y siete que ya ni veo, me ha pateado las esperanzas y fácilmente me las suplanta por la desagradable ansiedad. Este noventa y siete, incapaz de deshacerse del nueve o del siete, aunque en ellos se encuentren mis plegarias. Y que grande que eres desde mi ceguera que me lleva a la mortal conformidad y a mis brazos cruzados.
No es por mí, sino por ti, que en mi deseo reina el regreso, y lo siento Pedro, que en mi paz traíste guerra, pero soy lluvia y vuelvo hacia arriba.

0 Comments: