Ultimamente

En las mañanas mi pelo me despierta con su jugueteo y así su estereotipo se hace presente como uno de esos personajes multirraciales los cuales vivo todos los dias que entran y salen por puertas cerradas. Y de pronto me siento como el zapato o el sombrero en el tablero de un juego de esos como Monopoly donde tengo la vida ante mi, y para avanzar por la "Salida" tengo que conseguirme un trabajo para ganar mis primeros dollares (por favor repartir en billetes de 1, 5 y 20). Y si no me corto el pelo o me afeito la cara, como en el siglo XV, no me dan trabajo, igual que hace un poco tiempo atras si no contabas con un aparato genital masculino o color de piel pálido ni te acercabas a la oficina de empleos. ¿Donde estoy? ¿En que siglo me he metido? Pues en realidad me encuentro descontento con la inminente necesidad de cocinar hamburguesas para poder llenarme los bolsillos de nada. Y no queda nada más que hacer que lanzar los dados y respetar mi turno, que ya tu tendrás el tuyo.