Aug 28, 2005
Fósforo
Eran dos fósforos. Uno se encendía constantemente y el otro tenia miedo a extiguirse. Mientras el fuego servía de magneto para los placeres etéreos de la vida de fósforo, la magnitud del vacío rodeaba el día a día del fósforo envidioso, problemático y frustrado. ¿Qué será de su vida?, ¿acaso terminará cuando realice su propósito? ¿o vivirá para siempre como un fósforo incompleto, apagado e impotente? Eran muchos los enigmas que intentaba resolver el fósforo mojado, mientras que su compañero de la puerta de al lado difrutaba sin cuidado del placer de ser encendido sin cesar. Cigarrillos, tabacos, porros, madera, lugares oscuros, velas, papel, colas de dinamita, pólvora, y muchas otras cosas fueron encendidas por el valiente fósforo que nunca se apagaba, no importaba lo que encendiera. Nunca intentó robarle el fuego, ni decidió emprender la búsqueda de su propia chispa: estaba atrapado en su vida de fósforo. Encabronado, el fósforo intentó quemar estos escritos, pero al revalorar las consecuencias dio un paso atrás y volvió a su lugar frío. Hoy nos sentamos el fósforo y yo a compartir experiencias, charlamos mientras nos tomabamos una fría cerveza y el fósforo, de atrevido que es, se limitó a corregirme faltas ortográficas mientras redactaba su biografía.
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1 Comments:
Yo creo que entiendo lo que significa esta historia y ya lo había intuido...
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