El día transcurre ignorando mi letargo, las horas se encuentran en la ocupada Nueva York agarrándo subterráneos, obviando los millones de transeúntes a su alrededor. Los minutos son títeres ejecutivos que agarran aviones multimillonarios para alcanzar su destino. Los segundos no los vemos, son cucarachas que se arrastran por las alcantarillas con miedo de ser aplastadas. El tiempo transcurre, y yo, inmóvil. Y qué dificil es salir a flote bajo tiempos difíciles. Tiempos hostiles que desafían tus ánimos y siempre ganan. Tiempos que te atacan bajo todos los ángulos. Tiempos inoportunos. Tiempos infinitos.
Sólo queda derramar mis pensamientos en un papel que ni siquiera es papel, es un vil código binario q te engaña con sus iluciones ópticas. Sólo queda seguir adelante, con la frente en alto intentándo ver más allá del horizonte.
0 Comments:
Post a Comment