Conclusiones, lamentos y verdades

Todavía hay olor a ti. Todavía me levanto susurrando tu nombre. Las esquinas me describen tu estadía. Las gavetas están llenas de ti. Tu silueta sigue intacta en la cama. Tu mirada aún me persigue en las noches. Las palabras me hablan de ti.

Todavía, a pesar de todo, hay un todavía.

Ya no intercambiamos palabras. Nuestras miradas apuntan caminos opuestos. Nuestros corazones no palpitan en unísono. Ahora me quedo admirándo tu espalda. Ya no disfrutamos de la placentera mentira. Nuestras manos no se volverán a encontrar. Nuestros labios se declararon la guerra.

Ahora la verdad contamina mi realidad.