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Qué difíciles estos tiempos. Tiempos en los que no sabes lo que quieres ni cuanto quieres lo que quieres. Venir del cine a la media noche, después de ver a la gente vivir, acomodar tu cara a tu estado de ánimo actual, quitarte las máscaras, guardarlas en la gaveta y conversar con la soledad. Y es que nunca se abandona a esta soledad. Estamos solos aún rodeados por miles de personas, aún regocijándonos en amor. Esto del amor es algo complicado, es un tema aparte. Gritarle a los cuatro vientos cuanto la amas, escribirlo en papel, firmarlo y enviarselo a todos los que conocen. Porque cuando se está enamorado el mundo se arrodilla ante uno, obedeciendo nuestras órdenes. Y es que el amor es una droga. Es un placebo que te cura la soledad. Pero dicen por ahi que hay dos tipos de soledades y una de ellas es incurable. Porque somos nuestro peor enemigo, y queremos huir de nosotros. Porque no hay excepciones. Porque lo bonito no es nada mas que una realidad oscura con mucho maquillaje. Y heme aqui, tratando de huirle a los paradigmas de la vida. Tratando de ser sincero conmigo mismo. Tratando de hacer nada, pero hacerlo bien. Tratando de definir los obstáculos, y agarrar impulso para poder sobrepasarlos. Porque todos queremos ir a Europa, todos queremos aventurarnos por el mundo y ser libres. Filosofarle a las muchachas jóvenes y encontrar las sonrisas. Pero todos le huímos a la felicidad. Pero nos sentamos en restaurantes superficiales a sacarle el jugo a lo podrido, a lo que murio antes de nacer. Nos rodeamos de gente que no. Gente que existe a nuestro alrededor y que falla en brindarnos lo que necesitamos. En cambio nos sentamos en un cafe con nuestra bufanda bohemia y con cigarrillo en mano hacemos critica a los demáss. Con nuestro típico guitarrista de fondo que dispara letras y melodías, garabatos musicales que los apoda como arte. Y aqui quedamos, sin conclusiones. Sin moralejas. Con un deseo incalculable de venir a escribir, dejando el sentido a un lado. Alimentándonos de la irracionalidad. Es una realidad dificil de aceptar. Son tiempos difíciles.