Cómo condicionar el amor

Es una de esas cosas que se caen del palo. Hay que dejar de fumar. Di no a las drogas. No le hables a extraños. No pegar el culo en la taza cuando se caga en baños públicos.
Pero qué dificil es condicionar el amor. Porqué se me hace imposible separarme de las trivialidades de telenovela, que mi nombre no es Felipe Ricardo y que no naci en el siglo XVIII. Que mi caballo es un Honda Accord del noveinta y siete y hay que cambiarle el aceite cada 3 meses. Pero el amor, que complicada esa palabrita.
Ni Pablo Neruda supo amarrarte en versos. Ni la mas poderosa rima te toca los tobillos. Eres el mas terrible dictador. Humillas a tu gente y repartes puñaladas en la espalda los domingos. Caminas con la frente en alto y llevas un ejercito a tus espaldas. Sin saber adonde van porque tu, tan orondo tapas el camino y alimentas fantasias por realidad. Donde manchas la belleza del blanco y negro con miles de colores. Colores absurdos y juguetones que no pintan en realidad. Solo gozan de su irresponsabilidad. Miles de millones de persona sin el poder del No. Que no llevan la llave de su corazón, que no se ponen en venta. Están en las esquinas de la madrugada pidiendo limosnas. Y entre ellos cabalgo yo, con mi Honda Rocinante y mi barba y espada. Que nunca se van. Nunca se irán.