Dec 9, 2008

De nuevo

Cómo empezar?
Como limpiar el polvo y esquivar la telaraña de tal manera que en mi estampa no quede una herida?
Y es que a nadie le gusta leer de lo bonito. Nadie disfruta de la envidia, de la infinita idea del inferior. Porque ahí estas, del otro lado del cero y el uno, con tus dedos en la barbilla, desnudando mis palabras para castigarlas de un latigazo.
Y que hago yo?
Cómo hacer justicia?
En su lugar, hacemos amor. Hacemos decepción y engaño -si, ese el engaño que guardamos en el bolsillo-. Hacemos la vida, la deshacemos y torturamos su cadáver. En el hacer, caminamos en zigzag, sin miedo, pero con mucho miedo. En el andar, abrazamos al olvido y tarareamos nuestras verdades impalpables. Y asi desatamos el monstruo: este personaje que pretendes ser, esa imagen pública que dicta tus acciones, esa falsa percepción de lo genuino.
Pero del otro lado no hay nadie. No hay razon ni contraparte.
Del otro lado, la respuesta que en su silencio se aclara.
Blanca.
Entera.
Palpitando un despertar.

1 Comments:

Yvette said...

Voilà!

Del otro lado hay gente, hay magia, hay vida...
(aunque a veces no lo parezca).