Nov 30, 2006

La posicion fetal

Despierto en la oscuridad. Poco a poco combato la pereza que caracteriza la mañana y levanto mi brazo hasta llegar al despertador. 12:17pm. Decido controlar el resto de mi cuerpo y abandonar mi posición fetal. Restregándome los ojos me vienen los recuerdos, me percato de mis situación actual. Volteo a la derecha y encuentro la silueta de lo que era mi vida. Mi mente hace una maniobra peligrosa, sin arnés ni red de seguridad y el pública no esta impresionado. Examino las cuatro paredes contaminadas a ella. Reviso mi status en el computador para terminar con un grito de desespero solitario en mi cabeza. El coraje de la noche anterior se ha ido por el excusado. Es como si tuviera que enseñarme a vivir desde cero todos los dias. Desganado, pongo a sonar algo de música. Algo que tenga sentido, que se interese por mi. Las bocinas empiezan a vibrar pero no les presto atención a la música, simplemente necesito que suene por encima de mis patéticos pensamientos.

Suspiro...

Ahora: el dia.

La vida continua sin la misma, sonámbula, inerte. Los libros, las horas, la carretera, el celular... El celular que no despierta. El celular que no abre los ojos. El celular que no respira. El celular que no sale del coma.
El día esta adolescente y no quiere madurar. Caprichoso y desobediente. El día tiene mucho por vivir y yo que anhelo su muerte. Astutamente me alejo de mi mismo y me convierto en Gabriel. Contruyo cuidadosamente mi realidad. Me convierto en artista, música, lector, pintor y confidente. Escapo de este mundo inmundo y me refugio en las bellezas verdaderas. Los placeres más fieles. Poco a poco empiezo a sentir una pizca de satisfacción y si no estuviera tocando fondo llegaria a considerarlo motivación. De repente soy un niño de una pintura impresionista corriendo por el prado recolectando mariposas. Me transporto a tiempos de ensueño, me descargo en tierras prometidas y rostros conocidos.

Euforia.

Y sin yo autorizarlo, el paseo llega a su final. La montaña rusa ha parado y los cinturones se empiezan a aflojar. Emocionado y decidido corro al final de la linea mientras mis extremidades me informan de mi ansiedad con su constante vaivén. Es larga la línea pero estoy convencido a experimentar ese derroche de adrenalina. Quiero terminar esta fila infinita y vivir la montaña rusa. Quiero acampar en el carrito por un tiempo indefinido. Pero al examinar la longitud de la fila noto que mis párpados se levantan de sus cubículos y deciden ponchar la salida. Incontrablemente cierran mis ojos y me derrumban a un estado letárgico. Frustrado caigo al piso, en media filay asumo mi posición fetal.

1 Comments:

Anonymous said...

que bonito escribes, me gusto tu blog :)

saludos!

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