Suspiro...
Ahora: el dia.
La vida continua sin la misma, sonámbula, inerte. Los libros, las horas, la carretera, el celular... El celular que no despierta. El celular que no abre los ojos. El celular que no respira. El celular que no sale del coma.
El día esta adolescente y no quiere madurar. Caprichoso y desobediente. El día tiene mucho por vivir y yo que anhelo su muerte. Astutamente me alejo de mi mismo y me convierto en Gabriel. Contruyo cuidadosamente mi realidad. Me convierto en artista, música, lector, pintor y confidente. Escapo de este mundo inmundo y me refugio en las bellezas verdaderas. Los placeres más fieles. Poco a poco empiezo a sentir una pizca de satisfacción y si no estuviera tocando fondo llegaria a considerarlo motivación. De repente soy un niño de una pintura impresionista corriendo por el prado recolectando mariposas. Me transporto a tiempos de ensueño, me descargo en tierras prometidas y rostros conocidos.
Euforia.
Y sin yo autorizarlo, el paseo llega a su final. La montaña rusa ha parado y los cinturones se empiezan a aflojar. Emocionado y decidido corro al final de la linea mientras mis extremidades me informan de mi ansiedad con su constante vaivén. Es larga la línea pero estoy convencido a experimentar ese derroche de adrenalina. Quiero terminar esta fila infinita y vivir la montaña rusa. Quiero acampar en el carrito por un tiempo indefinido. Pero al examinar la longitud de la fila noto que mis párpados se levantan de sus cubículos y deciden ponchar la salida. Incontrablemente cierran mis ojos y me derrumban a un estado letárgico. Frustrado caigo al piso, en media filay asumo mi posición fetal.
1 Comments:
que bonito escribes, me gusto tu blog :)
saludos!
www.blog-stars.net
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