Fui

Hoy hablé con el pasado. Le conté del futuro, y le mostré mi escencia. Me contó de mis males, me desnudó y me señaló mis siete diferencias. Me puso una sonrisa en la cara, me dibujo un niño, doblando esquinas en busqueda de compañia, contando estrellas acostado en el pavimento relatando cuentos de amor. Definiendo el amor, definiendo la vida, lo cotidiano, lo mundano de lo mio. Eramos jovenes, eramos otros. Eramos felices, eramos inseparables, eramos uno sin ser nada.
Ahora eres pasado, yo soy yo. Ahora escribo tristezas, antes mis pensamientos no conocían el papel. Ahora mi bello facial me esconde las cicatrices que nunca estuvieron y me enseñan un mundo nuevo. Alegría dentro de la seriedad. Nuevas caras que iluminan mis días, nuevas razones para despegar las pestañas, nuevas obsesiones, fetishes, y nuevos miedos. Pero el pasado es irreemplazable, las arrugas son bienvenidas. El pasado es necesario, es hermoso. El pasado soy yo porque fui mi pasado. Llevo el pasado en un bolsillo. Tengo las manos en los bolsillos, lo acaricio, lo siento y perdiódicamente lo saco y lo miro de reojo, sin exponerlo mucho al presente. Rápidamente lo protejo entre el celular y las llaves; descanso mis manos, relajo los hombros y sonrío.