Todo se transforma

Y asi volvimos a empezar. La palabra dio aluz y de ella un futuro por construir. La vida me pone el destino en mis manos. La vida me pone condiciones y me promete un futuro como ningún otro. Volviste a tocar mi puerta. Esta vez era una puerta de ladrillos con una reja negra pintada de blanco. Tenía puesto los candados bien asegurados y el cerrojo estaba en posición. Fue entonces que sentí el pudor de sus nudillos al hacer contacto con mi puerta. Yo extrañado me levanté del rincón en el que yacía y decidí contestar la puerta con el mayor placer del mundo. Pensí que tenía mi coraza puesta, pensé que mi armazón era lo suficientemente resistente.

Y me soltaste las palabras.

Y mi corazón las agarró ansioso. Palabras con condiciones. Palabras con repercusiones. Palabras al fin. Llegaste. Volviste. Y ahora queda en mi la decisión de acapararte en mi o no. Pues las palabras fueron implicadas. La realidad todavia hace de las suyas y continúa sus andanzas lejos. Más alla del alcance de mis ojos. Tantas cosas por cuestionar. Tantas decisiones por tomar.

Nada es inmediato. Nada es absoluto. Nada muere.

Todo se transforma.